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Tu empresa para la distribución alimentaria en Andalucía

30 julio, 2021 TLH Logística

En TLH Logística somos especialistas en el transporte de mercancías perecederas, que son aquellas susceptibles al deterioro tras un período de tiempo determinado o tras estar expuestas a temperaturas inadecuadas para la correcta preservación de sus cualidades.

El transporte de mercancías perecederas está sujeto a una serie de normas que regulan y fijan unos criterios específicos para que los alimentos lleguen en plenas condiciones de calidad, higiene y seguridad. Por ello, es necesario un riguroso control durante toda la cadena logística y, además, su transporte debe basarse en medidas estrictas para evitar consecuencias negativas en la salud de los consumidores.

A nivel nacional, el Reglamento n° 852/2004 regula la higiene de los productos y el Real Decreto 237/200, recoge las especificaciones técnicas que han de cumplir los vehículos especiales para el transporte terrestre de alimentos a temperatura regulada, entre otros.

Tipos de transporte para alimentos refrigerados

Existen diferentes modalidades para el transporte de alimentos y cada una de ellas tiene unas características específicas.

Transporte terrestre

El transporte de alimentos por carretera, es el método más utilizado para la distribución de mercancías perecederas, debido a una amplia red de carreteras, la versatilidad y facilidad de rastreo de las mercancías, pero sobre todo a los precios económicos de este transporte frente a otros.

Transporte aéreo

El transporte de mercancías perecederas por vía aérea supone unos costes mayores, pero también plantea ciertas ventajas para el sector, como recorrer largas distancias en poco tiempo o acceder a lugares difíciles por otros medios. Por lo cual, aporta rapidez y seguridad a las actividades de importación y exportación, y es clave para el comercio exterior.

Transporte marítimo

El transporte marítimo tiene plazos de entrega más largos pero tiene muchas ventajas en referencia a las mercancías voluminosas. Así, los contenedores frigoríficos o de buques de diversa índole permiten conservar los alimentos bajo temperaturas controladas y almacenar diversos tipos de carga. Además, sus tarifas son más económicas que el transporte por avión y aporta mayores garantías de seguridad y estabilidad.

El control de la temperatura

Como podrás imaginar, el control de la temperatura es clave en el transporte de alimentos y, en concreto, en el transporte refrigerado de alimentos. No todos los productos necesitan las mismas condiciones de temperatura o humedad para preservar sus propiedades, como los productos frescos, los refrigerados o los congelados, pero también entre los diferentes grupos de alimentos, como pueden ser las frutas u hortalizas, los pescados, las carnes o los lácteos, requieren características especiales.

Por ello, hay que tener en cuenta las condiciones de refrigeración, congelación o ultracongelación que cada alimento requiere, pero también los procedimientos de conservación por calor, como en el caso de la elaboración de platos preparados.

Además, es de vital importancia controlar la cadena de frío, para evitar irregularidades en la preservación de los productos y optar por los vehículos adecuados en función de las necesidades del transporte.

Tipos de vehículos para el transporte de alimentos

  • Camiones isotermos: diseñados para evitar el intercambio de calor entre el interior y el exterior gracias a sus puertas, paredes, suelo y techo aislante.
  • Camiones refrigerados: disponen de una fuente de frío que permite que la temperatura disminuya hasta alcanzar los -20°C.
  • Camiones frigoríficos: estos vehículos también son capaces de producir frío y permanecer a una temperatura comprendida entre los 12 ºC y los -20 ºC.
  • Camiones caloríficos: cuentan con una fuente de calor que permite que su temperatura se mantenga por encima de los 12°C.

Recomendaciones para el transporte de productos alimenticios

Como ya sabrás, la temperatura es clave en el transporte de alimentos en general, pero más aún en el transporte de alimentos refrigerados. Y, además, hay otra serie de aspectos a tener en cuenta.

  • Requisitos del personal de transporte: debe estar capacitado para comprobar las condiciones de los productos transportados y del vehículo, y así comprobar que se adecúan a la normativa.
  • Limpieza, higiene e inspecciones: los vehículos y sus compartimentos deben ser previamente desinfectados y lavados con las sustancias químicas adecuadas a tales efectos. Asimismo, en el caso de que el vehículo contenga diferentes tipos de mercancías, deberán estar separadas y protegidas de cualquier sustancia que las pongan en peligro, como puede ser el polvo. Además, los vehículos deben pasar los controles e inspecciones de rigor para certificar que su estado es el adecuado.
  • Trazabilidad y monitorización de la carga: este punto es importante porque permite la trazabilidad y observar y controlar los diferentes procesos de la cadena de suministro. De este modo, se garantiza la calidad de los productos transportados y la posibilidad de identificar posibles focos de contaminación.
  • Operaciones de carga y descarga: aquí hay que asegurarse de mantener la misma temperatura desde que salen del almacén hasta que se entregan a los consumidores. Por ello, hay que actuar con la mayor celeridad en la carga y descarga de la mercancía.
  • Registro sanitario: en el Real Decreto 191/2011 se establece que las empresas que operan con productos alimenticios deben inscribirse en el Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos. Se trata de un registro de carácter nacional y tiene como objetivo proteger la salud pública.

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